Luego de más de una década de bonanza, el ciclo económico se revirtió. 

 

Si la economía tiene ciclos, como los tiene, en la actualidad la realidad marca un derrumbe de precios de los productos del campo. No solamente el valor de la soja, el cultivo estrella, se ha desplomado a la mitad de los que cotizaba dos años atrás.

El trigo, el maíz y el arroz tuvieron caídas significativas de precios, al igual que la leche en polvo entera, que es el principal producto de exportación de Uruguay en el rubro.

Apenas la carne vacuna y la ovina –y la lana– luchan por mantener el sitial que ocupan entre las materias primas cuya cotización no ha caído.

Los motivos sobran, aunque las razones de fondo hay que buscarlas en la marcha de la economía nacional y mundial. Cosechas de granos récord en ambos hemisferios, como ha ocurrido los últimos dos años con la soja, han debilitado la demanda por la sobreoferta.

Como, a la inversa, la adversidad climática ha perjudicado la producción de granos –como en el trigo– o de carne por caídas de los stocks. Los costos de producción, el tipo de cambio y hasta las expectativas de los actores influyen en los vaivenes actuales.

Sin embargo, hay razones que escapan a la producción del campo. Es el ciclo económico, como lo explicó en un artículo reciente Carmen Reinhart, profesora de Sistema Financiero Internacional. Bajo el título La montaña rusa de las materias primas, la analista aclaró primero que "el súper ciclo global de las materias primas no es un fenómeno nuevo, si bien los detalles varían".

Esos vaivenes –"colapsos de precios" con altibajos de más de 30%– duran en promedio siete años. Y el actual va por el cuarto año. (Producción: L. Farías, H. Ocampo y E. Salaverría)